Debido a la situación actual ocasionada por la propagación del virus COVID19 muchos planes se han visto truncados, sobre todo en los sectores de ocio, turismo y cultura, afectados gravemente por la pandemia. Sin embargo, ante este tipo de situaciones la mejor solución es reinventarse.
Un ejemplo de ello es el proyecto iniciado por Guillermo Jiménez. El propietario de Sleazy Records, Guille lleva más de diez años organizando el Rockin’ Race Jamboree, un festival de rock que llega ya a su 26ª edición. Mientras adaptan este proyecto para que pueda celebrarse cumpliendo las restricciones, Guille encontró necesario organizar un evento que reviviera la cultura en estos tiempos en los que el entretenimiento es más que necesario.
De esta idea nace Balcón Rock.
Con la colaboración de uno de los hoteles situado en la Cala de Mijas, surgió una nueva manera de celebrar festivales garantizando el cumplimiento de las medidas sanitarias. La idea principal era convertir los balcones de las habitaciones en palcos para conciertos, celebrando estos en el jardín junto a la piscina del hotel.
El pasado 24 de octubre se celebró con éxito la primera edición de este atípico festival. Con aforo máximo de 200 personas, límite de 4 personas por balcón, y un vigilante por planta, este proyecto cumplía perfectamente con las medidas de seguridad.
Grupos como Pike Cavalero o Perra Blanco Trío actuaron desde las 16:00 hasta las 21:30h. Los asistentes, además de disfrutar en sus balcones de las actuaciones de los diversos artistas, pasaron la noche en las habitaciones de este hotel de la Costa del Sol.
Sin duda una maravillosa iniciativa que ha conseguido incrementar las reservas en el sector hotelero además de contribuir a la cultura.